Despierta, Jorge.
No hay forma alguna de que el tiempo vuelva a tu favor, sólo tienes un camino por delante, y lo que recorriste poco a poco se va quedando ahí, atrás, no hay posibilidad de retroceder y cambiar las cosas.
Le dije un hasta luego con los ojos, con la mirada de quien cree vivir en un cuento sin fin ; pero aquello de repente explotó y rompió las ilusiones que mejor guardábamos en casa.
Con nuestras manos atadas, la despedida fue de todos, nadie sobrevivió, ninguno logró despertar aquella noche, ninguno consiguió escapar de aquel cuarto frío; la tierra tembló por segundos y nuestro hogar se derrumbó.
Joder, quiero gritar y romperme la voz otra vez, quiero correr hacia ti antes de que desaparezcas, sentir de nuevo tus mágicos dedos convirtiendo en esperanza todo lo perdido.
Me niego a decirte adiós.